lunes, 8 de diciembre de 2008

¿Por qué “por qué”? ¿Y por qué no?


Vaya… Y yo que pensaba que el problema lo tenía yo… ¡Bah! Menuda chorrada; por fin puedo verlo… Ahora sé que se necesitaban más que un par de ojos para contemplarlo en totalidad… Si… Demasiados por qué’s con una respuesta asignada por fin… Bien, ¿por dónde empezamos?

Hace meses que no encuentro un determinado momento de inspiración… Sé que han existido cientos de factores rutinarios que me acostumbran a limitar y a aminorar constantemente parte de mi rendimiento, pero creo que no es una buena excusa para justificar esta ausencia. ¿El por qué, de esto último? Mira, este es nuevo… Ya lo contaré, o no.

Independientemente del rollo anterior, sé que ha llovido mucho desde entonces, tanto en el sentido literal de la palabra, como en el figurado. Y, pese a que la multitud de cambios y/o novedades hayan alterado gran parte de mi vida, todavía mantengo muchas cosas vivas que se repiten sobre las mismas fechas de cada año. Por ejemplo, las lluvias de octubre y noviembre. Sé que la mayoría no entenderá una mierda, o si, de lo que puñetas estoy contando, si es que lo hago, pero dado el primer caso, no mostraré ni por asomo el mayor interés en justificar este por qué.

Así que me limito a compartir con mis escasos desconocidos lectores, si es que realmente existen, que he llegado a percibir cosas nuevas; cosas que para mí, hasta la fecha, eran completamente desconocidas, y, a raíz de esta gran cantidad cosas nuevas que he sufrido (es decir, cambios), creo es sumamente curioso la cantidad de extremos que se pueden llegar a tocar y rozar a lo largo de los trescientos sesenta y cinco putos días de un miserable año. Como conclusión me atrevo a afirmar (no a demostrar, ya que no existe tal demostración), de lo cual tampoco es una grandísima novedad, pues lo dirá muchísima gente, que la vida no es más que una simple, y a la vez compleja, contradicción.

¿Por qué? Seré sincero, pues: Tenía unas inmensas ganas de relatar; de escribir; de volver a sumergirme en las palabras que salen del fondo de mi alma… Así que, tal y como he dicho, me he limitado a nombrar, de forma muy superficial, grandes cambios que he vivido… Además, cabe destacar, que ha sido un momento de inspiración y me he visto con la necesidad de manifestar todo aquello que he considerado necesario en este multi-erróneo procesador de textos, el cual pertenece a una compañía que lo único que sabe hacer es vender, vender y vender. ¿Os parece suficiente como para ser una absurda gilipollez más del montón? A mí me parece que es lo suficientemente suficiente como para ser suficiente para mí.

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